Es increible como hay ciertas chicas que tienen un aroma particular en la piel. Hablo de ese aroma capaz de enamorar a los hombres, al punto de tener con esa chica una consideración especial para todo. Es un olor suave, delicado, que es propio de la piel de ciertas chicas y que parece no abandonarlas nunca, no importa el esfuerzo físico ni las condiciones climáticas, no se ve afectado por ninguna circunstancia. Siempre está. Y resulta casi irresistible para pibes enamoradizos como yo.
Quizás sea que mi cuerpo es completamente normal en lo que respecta a los aromas el motivo que me llame tanto la atención. Esto es, mi olor corporal está sujeto indefectiblemente a las condiciones climáticas (a temperaturas mayores de 28ºC se hace presente pero no de una manera agradable) y circunstancias que se suceden en el día.
No todas las mujeres lo tienen, no es una constante. Solo lo tienen aquellas cuya delicadeza debiera manifestarse de alguna manera, brotarle por los poros de su piel para distinguirla entre todas las demás. En realidad, son las menos las mujeres que lo tienen, conformando una íntima, esencial cualidad de sí mismas.
Melisa lo tiene. Y yo no me la puedo sacar de la cabeza.
Quizás sea que mi cuerpo es completamente normal en lo que respecta a los aromas el motivo que me llame tanto la atención. Esto es, mi olor corporal está sujeto indefectiblemente a las condiciones climáticas (a temperaturas mayores de 28ºC se hace presente pero no de una manera agradable) y circunstancias que se suceden en el día.
No todas las mujeres lo tienen, no es una constante. Solo lo tienen aquellas cuya delicadeza debiera manifestarse de alguna manera, brotarle por los poros de su piel para distinguirla entre todas las demás. En realidad, son las menos las mujeres que lo tienen, conformando una íntima, esencial cualidad de sí mismas.
Melisa lo tiene. Y yo no me la puedo sacar de la cabeza.
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